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Desde el primer día en que llegaste a nuestra vida, llenaste nuestro hogar de amor, risas y ternura. No hay palabras suficientes para agradecerte por cada momento de compañía, por cada ronroneo y mirada llena de confianza. Nos diste más amor del que jamás imaginamos recibir. Hoy, aunque nos duele profundamente verte partir, sabemos que siempre serás parte de nosotros, en cada rincón de nuestro corazón. Gracias por ser tan especial. Te vamos a extrañar mucho, pero siempre te recordaremos con una sonrisa. ¡Hasta siempre, pequeño amigo! Siempre serás nuestra mascota y parte de nuestra familia.
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